Como casi todo en la vida, todo depende del prisma bajo el que miremos lo que nos rodea y nos pasa. Es indiscutible pensar en una crisis como, a priori, algo negativo, algo de lo que preferimos huir y que no queremos que nos alcance. No obstante, en ocasiones, las crisis, aportan nuevas formas de hacer, retos y oportunidades (por ejemplo, digitalización de las empresas, formación en competencias digitales de los empleados, etc.).
Históricamente las recesiones han traído consigo ganadores y perdedores. Dada la naturaleza de esta pandemia y su impacto en la economía, podríamos llegar a pensar que la historia en esta ocasión no se trata tanto de ganar, sino de supervivencia.
Las instituciones, las empresas y las personas como tal, debemos pensar rápidamente en nuevas formas de actuar (el comportamiento del consumidor ha cambiado), nuevos modelos de negocio, etc. y sobre todo estar predispuestos y preparados para ello. Parece por tanto que se nos exige y pide una actitud constructivista, no tener miedo a reinventarnos, en medio de una realidad que no acompaña. La tasa de paro en España, según Randstad Research, ya ha llegado al 19% si se clasifican como parados las personas que han perdido su empleo en el segundo trimestre del año. En Euskadi, la tasa de paro en este último trimestre del año 2020 es del 10,3%, 1,2 puntos superior a la del trimestre pasado.
Pero, como avanzábamos al inicio, también existen algunos datos que pueden ayudarnos a impulsar nuevas iniciativas o valorar nuevas oportunidades en medio de esta situación. Según un estudio reciente realizado por Mckinsey & Company (A rolling disruption: COVID-19’s implications for private equity and portfolio companies) la pandemia ha acelerado la evolución que estábamos viviendo hacia una sociedad y economía digitales.
Se están acelerando las tendencias existentes (digitalización de los procesos de trabajo, canales de comunicación con los clientes, comercio online y market places, etc. que nos lleven a modelos de bajo contacto). Además, están emergiendo nuevas tendencias como, por ejemplo, la necesidad de seguimiento y trazabilidad en tiempo real. Las empresas que sepan adaptarse, estarán en una mejor posición para capear la crisis económica a la que nos estamos enfrentando. Tal y como asegura un informe de KPMG, el 46% de las empresas que crecen ahora lo hacen porque han invertido en nuevos modelos de negocio y fuentes de ingresos digitales.
Ya han pasado 8 meses desde que todo esto inició y parece que la tendencia es que siga habiendo cambios, es por tanto tiempo de tomar decisiones a medio y largo plazo. El citado informe de Mckinsey & Company aporta datos interesantes sobre los sectores que han salido peor parados por la crisis y a cuáles les ha afectado menos. Sectores como la tecnología, el cuidado de la salud, farmacéutica y biotecnología, parecen menos afectados. Otros, como el sector inmobiliario, el turismo, la hostelería, el retail y algunas partes de la logística, necesitarán repensar sus modelos comerciales.

Fuente: Mckinsey & Company
Y entonces, ¿qué debemos hacer? Parece lógico pensar que algo importante a tener en cuenta será el factor humano en todo esto, las personas que forman parte de nuestros equipos deberán estar preparadas para alinearse a las estrategias que marquemos desde las empresas. Apostar por la formación en competencias digitales y transversales será clave para todo ello. Las empresas debemos entender que la competitividad va depender también sustancialmente de la capacidad y las habilidades de los empleados para desenvolverse en una era en la que los problemas se solucionan utilizando herramientas digitales, la comunicación ha cambiado y los mercados están transformándose constantemente.
En C2B (Campus to Business) tenemos amplia experiencia formando y capacitando a las personas en competencias digitales. ¿Buscamos conjuntamente nuevas oportunidades?